Para todo hay una primera vez

Dicen que para todo hay siempre una primera vez, y efectivamente, así es. Los primeros pasos cuando eres un bebe, el primer día de colegio, el primer beso, el primer día de trabajo, el primer proyecto, el primer amor... La vida está llena de primeras veces.

Esta también es la primera vez para mí, es la primera vez que tengo un blog, (que me pregunto porque le ponemos a todo términos en inglés), por lo tanto, es la primera vez que me enfrento al papel en blanco para escribir un artículo para un blog. Es la primera vez que escribo para que otros lo lean, piensen y puedan dar su opinión. He de confesar que esta primera vez asusta. Me asusta bastante. Soy novato en esta tarea de escribir para un “blog”, aunque reconozco que me gusta mucho escribir y lo hago desde que tengo recuerdos. La escritura siempre ha estado presente en mi vida. Me gusta escribir (para mi), a veces como terapia, a veces como diario, a veces simplemente por el puro placer de escribir. Tengo montones de libretas y blocs de notas por toda la casa con cientos de frases, propias y ajenas, poemas o pensamientos.

Así que, vayan por delante mis disculpas porque, como dice el título, para todo hay una primera vez; y espero hacerlo bien, que resulte ameno o al menos que te entretenga, contando, por supuesto, que no tenga (no muchas) faltas de ortografía; y que aquello que pretendo contar sea de vuestro interés. ¡Menudo trabalenguas me acabo de marcar!
Me asomo a esta ventana virtual para dar rienda suelta a mis palabras, a mi mano y a la imaginación e intentar contar algunas ¡benditas historias! que quieren dar forma y contexto al nuevo blog de ¡bendita casa! Esta casa que, desde hoy, también pretende ser la vuestra. He pensado que estaría bien que este primer artículo sirviera como tarjeta de presentación de todo lo que sueño, lo que me gusta y de todo aquello que pretende llegar a ser.
Os quiero dar la bienvenida a todos los que quieran pasar un rato por aquí. Bienvenidos al blog de ¡bendita casa! de Rafael Senabre* donde pretendo contar ¡benditas historias!

Como todo camino empieza con un primer paso, pues... Arrancamos.

Lo primero será presentarme y contaros un poco sobre mí y como he llegado hasta aquí. Algunos os estaréis preguntando,

Pero... ¿Quién es “ese” Rafael Senabre?
Mi querida amiga Imma Mengual, que además de ser artista, escultora, docente y diseñadora gráfica, es quien ha dado forma al diseño (chulo, muy chulo por cierto), de la marca ¡bendita casa!, me define tal que así:

_”Rafael es un profesional del diseño interior poliédrico, creativo, disruptivo, eficiente, responsable y perfeccionista, con años de experiencia... eso se ve”.

Creador de esos otros espacios comerciales y nuevos conceptos habitables.

Mi definición es más sencilla y terrenal. Mi nombre es Rafael Senabre, soy Diseñador de Interiores, mejor dicho soy un empresario cuya vocación y pasión por el mundo del diseño y el mobiliario le ha llevado a crear y diseñar proyectos de interiorismo; y ¡bendita casa! es mi nuevo proyecto vital. Después de muchos años de trayectoria profesional, he decidido darle un giro a mi vida y a mi trabajo, mudar la piel y volver a empezar. Apostando por una nueva forma, distinta, fresca, estratégica, con otra mirada, otra forma de ver, sentir y entender mi pasión por el Interiorismo, por el diseño, por el arte y la artesanía. Por eso nace este nuevo proyecto y marca personal que quiere ser ¡bendita casa! de Rafael Senabre*.

_Siempre he querido ser lo que soy: Interiorista, Diseñador, Escaparatista, Arquitecto de Interiores, Diseñador de Interiores, Diseñador de Espacios, Creativo, Decorador, Creador, Artista, Poeta... estas y seguramente mil cosas más (como le dijo un famoso Julio Iglesias a un principiante llamado Bertín Osborne) son las que me han llevado a ser quien soy hoy, y estar donde estoy. A veces yo mismo me he definido como un malabarista del espacio, porque durante toda mi trayectoria profesional, muchas veces he tenido que realizar malabarismos para seguir trabajando y consiguiendo clientes con nuevos proyectos.

Pero la semilla de la creatividad lleva conmigo desde mis inicios, yo creo que ya lo traía de serie en mis genes.

_Desde siempre, de pequeño me ha fascinado el mundo de la creatividad, la decoración, el arte, la moda, el cine, y sobre todo el mundo del mobiliario y la iluminación. Recuerdo que con 10 o 12años le vaciaba los cajones de la cómoda y el armario a mi madre para jugar a las tiendas. Montaba escaparates sobre la cama. Inventaba escenografías según la temporada y ponía nombre a las tiendas que me imaginaba. Cuando los viernes por la tarde, en el cole tocaba la hora de trabajos manuales, yo me la pasaba haciendo garabatos de moda, dibujando y recortando casas y muebles de cartulina para hacer pequeñas maquetas de aquellas casas en las que soñaba que me gustaría vivir.
Descubrí que podía imaginar, crear y hacer cosas con mis propias manos, y aquello me gustaba mucho. Cuando tomé mi primera comunión, me empeñe en tener una habitación de “mayor”, como no era posible, se me ocurrió la idea: yo dibujaría todos los muebles y con el dinero de los regalos pagaríamos a un carpintero para que los hiciera. ¡Deseo concedido! Ese fue mi primer proyecto de interiorismo.

Parece que el don de la creatividad ya lo llevaba en los genes. Puedo decir que vengo de una familia de artistas. A mi madre le gustaba mucho dibujar, escribir poesías y pintar y de pequeña cantaba en el coro de la iglesia del pueblo. Mi abuelo era músico aficionado, tocaba la bandurria, tenía un tío maestro que también tocaba el piano y mi abuela recitaba y hacia unos bordados maravillosos. Así que estaba claro, con estos antecedentes, yo tenía que ser artista. Mis padres abrieron la primera tienda de ultramarinos de altea que tenía un pequeño escaparate donde yo me divertía y me encargaba de dar rienda suelta a la imaginación haciendo todo tipo de montajes con latas de conservas, globos, botellas de vino, de agua de Solares, Mirinda, peces de colores, nubes y serpentinas...
Así mis escaparates comenzaron a llamar la atención y una clienta de la tienda me propuso mi primer trabajo, que realizara el escaparate de su tienda. Era una tienda de confección y ropa infantil, “La Cuna” y encima, ¡me iban a pagar por ello!
Se me daba bien. ¡Un éxito! El primer escaparate decorado de Altea. Ya era escaparatista.

Lo tuve claro. Yo quería ser un diseñador como los de las revistas. Al terminar el instituto comencé mis estudios de Interiorismo en la Escuela de Artes y oficios Artísticos de Alicante. Antes de terminar, y con solo 19 años, me llego mi primer proyecto por el que mi iban a pagar y todo. Un bar en Altea, el “Bar Lavapiés”. Madera natural, espejos, latón, lámparas de flecos, mármol blanco y mobiliario estilo bistró con sillas Thonet. Un éxito, fue el primer bar de diseño de Altea, distinto a todo lo que había.
Terminé mis estudios en la Escuela de Diseño Valencia y poco a poco empezaron a llegar los primeros proyectos interesantes. Una librería/papelería: “Papers” en Callosa d’Ensarria, el primer proyecto serio, y con el después llegó la casa de la farmacéutica de la misma población. Con los honorarios de estos proyectos me lie la manta a la cabeza y me aventuré con la apertura de mi primer estudio de interiorismo y crear mi primera marca comercial:
_ERRE Espacio Interior_

Con el estudio en marcha, poco a poco fueron llegando nuevos proyectos y nuevos clientes, algunos exitosos, algunos con premio, otros publicados en medios comarcales. Con mucho esfuerzo fuimos creciendo. Por el camino fuimos creando y diseñando proyectos de interiorismo para viviendas residenciales, casas, locales comerciales, cafeterías... y por fin llegó el proyecto que lo cambió todo: el Restaurante “A tota hora” en Pedreguer, un proyecto muy ilusionante donde emprendimos la aventura de desarrollar todo el concepto creativo, identidad de marca, propuesta de valor diferencial y por supuesto todo el diseño, con un interiorismo muy diferente y rompedor para la época. Ahora todo iba en serio, éramos un equipo. Siempre he sido un defensor del trabajo en equipo y de las colaboraciones entre profesionales de distintos sectores pero que sumen en los proyectos. Ampliamos el estudio y nos cambiamos de local.
Empecé a trabajar por toda la comunidad valenciana y también por otras provincias, con proyectos significativos en Albacete, Murcia, Santander entre otras ciudades. Fueron llegando más proyectos emblemáticos: Taloa, la mejor tienda de moda de Moraira, la zapatería “Roseta” en Oliva por la que me dieron el reconocimiento al mejor diseño comercial de la Safor y La Marina Alta. La tienda de moda Rosa Dona, también en Oliva. Luego llego el restaurante “El Raconet” de Jávea con el que nos reconocieron con el premio ANERR a la mejor rehabilitación, más tarde llego la carnicería artesanal “Casa Pichi” también en Jávea, las pescaderías de “Moltó” en Altea y más casas, muchas casas... y muchos negocios de éxito, tiendas de moda, peluquerías, zapaterías, ópticas, bares y cafeterías, alguna clínica, farmacias, y entre ellas la más antigua de Altea: “Farmacia Guillen”, una rehabilitación delicada y fiel de estilo modernista, que fue uno de nuestros primeros proyectos en Altea y de los que guardo más cariño por la inmensa labor de investigación y restauración que supuso colaborando con artesanos y ebanistas de la zona. Por algunos de estos proyectos han pasado más de 25 años y “todos” siguen tan frescos como el primer día.

Ser interiorista es como ser sastre, uno de esos oficios que mezcla la artesanía, la belleza y la elegancia con las personas y de cómo un buen traje a medida debe disimular imperfecciones y enfatizar virtudes. Con el Interiorismo pasa lo mismo. Un interiorista no solo ha de saber de diseño interior. Ha de saber, y mucho, de personas. Ha de saber de obra, de viviendas, de negocios... y ha de saber, por supuesto, de crear ilusiones y construir realidades. Crear proyectos para cumplir sueños y alcanzar objetivos.
Desde niño he querido dar rienda suelta a mi imaginación para hacer realidad los sueños de las personas a través de mis ideas. Me gusta crear, tocar, sentir... soy un enamorado de todo aquello que implique mancharse las manos y los zapatos con el polvo de las obras.

Por eso nace ¡bendita casa! de Rafael Senabre para ser creadores de esos otros espacios comerciales y nuevos conceptos habitables.

Pues ya hemos llegado hasta aquí y ya sabes algo más de mí y de mi trayectoria. No ha sido un camino fácil. Esto del diseño de interiores o del interiorismo no es tan florido como parece, no siempre es un camino de rosas, aunque es una profesión apasionante y creativa, y a la vista de todos, llena de glamour y belleza; y donde la máxima que se persigue, por parte del profesional, es hacer feliz al cliente que nos contrata para dar forma a sus sueños con el resultado de nuestros proyectos, la inmensa mayoría de los diseñadores de interior nos enfrentamos continuamente a todo tipo de clientes y proyectos: algunos buenos, bastantes regulares, muchos tóxicos. Pero esto da para la creación de otro post, y no creo que después de las presentaciones sea muy correcto ponerse a divagar sobre la belleza y las bondades y frustraciones de esta fantástica profesión.

Con la pandemia todo se puso del revés. Todo empezó a ir cuesta abajo o cuesta arriba, depende de cómo se quiera
mirar y tuve que cerrar mi estudio de interiorismo. ERRE Espacio Interior, mi marca personal hasta ese momento, había llegado a su fin. Estaba cansado de transitar por caminos que no me llevaban a ninguna parte porque eran los mismos caminos que otros ya habían transitado. ¡No era feliz! ¿Cómo puede ser que no te haga feliz aquello que amas con pasión? Así era. Después de tantos años de profesión y dejándome la piel en cada proyecto, mi trabajo no me hacía feliz, no me compensaba tanto esfuerzo. Me empezaron a doler las costuras y se hizo necesario un cambio, reinventarse o morir, esa era la cuestión. ¿A mi edad?, ¿En serio? ¿A mis años comenzar de nuevo una aventura como esta?, pero me dije: no hay edad para aprender y volver a empezar.

Se hacía necesario buscar un nuevo horizonte, nuevos aprendizajes, nuevas formas de trabajar, de aprender a mirar, sentir, refrescar y entender que significa eso del Interiorismo y que demonios es eso del Diseño; como se entiende, como se trabaja, desde que punto se mira y sobre todo saber cómo se vende. 

El término blog viene del inglés. Es una contracción de: "World Wide Web (WWW) log", es decir, el registro/diario (log) de la telaraña (web) del mundo (world) ancho (wide). En 1997, el escritor estadounidense, Jorn Barger (1953 -), acuñó el término weblog, o sea el diario (log) de la telaraña.